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domingo, 1 de mayo de 2011

Ayrton Senna, la leyenda 17 años despues





Pocos pilotos llegan tan adentro de los aficionados a un deporte, de ellos, pocos son buenos en lo que hacen y en menor medida aún, son recordados en cada Gran Premio a pesar de su ausencia, en cada aniversario de su comienzo y fin de su vida. Ayrton Senna es uno de esos pilotos, amado y añorado por todo y cada uno de los amantes al deporte en el que reinó: Fórmula Uno.



Cobrando valor la teoría salomónica de que "Todo bajo el cielo tiene su hora," y poniendo como ejemplo los sucesos que han rodeado a la Fórmula Uno desde su existencia, vemos que ‘el gran circo’ no es una excepción. Si nos desplazamos en el tiempo al año 1961 y al Gran premio de Monza concretamente, veremos un suceso sorprendente: el piloto alemán Wolfang von Trips necesitaba solamente un tercer puesto para convertirse en Campeón del Mundo. Durante la carrera, Von Trips sufrio un fuerte accidente al chocar contra Jim Clark y acabar posteriormente contra las barreras de protección, perdiendo así la vida. Lo más sorprendente de esta trágica historia es que de no haber muerto en carrera, Wolfang Von Trips, esa misma noche habría tomado un vuelo hacia Estados Unidos, pero realmente el destino de ese avión también le conducía a la muerte, ya que éste se estrello sobre Escocia. 

Dada esta breve reseña, volvamos ahora atrás a hace hoy 17 años. Tras las carreras en Brasil y Pacífico, llegaba el Gran Premio de Imola que tendría que ser el resurgir del monoplaza Williams FW16 de un Ayrton Senna que ansiaba la victoria desde la que sería la última de su vida en el Gran Premio de Australia de 1993. La tragedia se olió en las prácticas libres del viernes cuando Rubens Barrichello sufría un fuerte accidente en la variante Bassa a bordo de su Jordan. El paulista no pudo participar en el resto del fin de semana debido a las fuertes heridas sufridas, las más notorias, en brazo y nariz. Al otro día, el 30 de abril, la tragedia no se olió, llegó. El debutante Roland Ratzenberger cumplía su tercera participación en su deseada desde hace muchos años Formula Uno. El piloto austriaco correría con el discreto equipo Simtek durante cinco carreras. Sus opciones económicas no daban para más. Cumplió su sueño y se marchó en la calificación de San Marino. Tras una salida anterior de pista, Ratzenberger dañaba su alerón delantero. El piloto continuaba en pista para dar otra vuelta más, en aras de hacerlo de participar en la carrera del día siguiente, llegaba a la curva Gilles Villeneuve, donde se estrellaría a más de 300 km/h y de la que bajó a Tossa con el cuerpo inconsciente. Lo que se certificó una hora más tarde, ya lo sabemos. 


Al otro día, ‘el gran circo’ continuó con su función a pesar de tener a un integrante de la parrilla en el hospital y a otro desgraciadamente fallecido. Obviamente los ánimos de los pilotos no eran los óptimos para correr. Los del piloto que hablábamos al principio, eran aún menores. Cuando uno de sus compañeros de parrilla tenía un grave accidente, Ayrton Senna se veía bastante afectado. En Imola, Senna no quería salir a pista, pero era su trabajo, el que finalmente cumplió. Cumpliendo su protocolo normal, leyó algunos pasajes de la biblia, como siempre acostumbraba a hacer, se subió a su monoplaza, y el principio del final comenzó. Iniciándose la carrera con un accidente entre un Benetton y un Lotus, inmediatamente después salía el recién estrenado safety-car que mantendría los coches alineados tras él mientras la pista volvía a la normalidad. Tras la marcha del coche de seguridad, Senna lideraba, entraba en la curva Tamburello a gran velocidad, y se estrellaba a 216 km/h contra el muro de contención. Las causas, aun a diecisiete años del suceso, no se saben con seguridad; puede que los neumáticos se enfriaran o puede que hubiera un defecto en el FW16. Nunca lo sabremos, pero el desenlace no cambiara. 

Una barra de la suspensión del Williams atravesó la visera del brasileño provocando graves fracturas en su cráneo que a pesar de la asistencia en pista no pudo evitarse lo peor. Al otro día, la carrera también continuó. Quién ganó, creo que no interesa. Realmente podría ser este el resultado menos importante de todas las carreras que se han celebrado de Formula Uno hasta ahora. 

El cuerpo de Senna fue enterrado días después en el cementerio de Morumbí recibiendo honores y siendo arropado por numerosos pilotos, personalidades, aficionados y todo un Brasil que tuvo a Ayrton como el héroe que nunca les decepcionaría y que le daba las pocas alegrías de las que gozaba el país sudamericano en aquel momento. 

Hoy, primero de mayo de 2011, diecisiete años tras la muerte del piloto brasileiro, todos los amantes del Gran Circo siguieran al piloto que siguieran y del deporte, recuerdan a aquel piloto que hizo podios con un Toleman, que ganó bajo un diluvio en el Gran Premio de Donington de 1993, que reinó en Mónaco, que mantuvo una intensa lucha con Alain Prost, que ganó tres títulos mundiales, y que conquistó el corazón de un país entero y de un mundo que hoy hace valor de aquella frase que él mismo dijo ‘Sólo mueren los olvidados,’ por esa misma razón, Ayrton Senna siempre tendrá un rinconcito en el recuerdo de los que aún hoy le consideran su dios de la velocidad.
 

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